A dos años de la muerte del Apu Quinto Inuma, en manos de sicarios, su hijo Kevin informó que la comunidad de Santa Rosillo de Yanayacu ha logrado llegar a consensos internos que les permiten trabajar de manera conjunta por el bienestar del territorio. Señaló que el proceso ha sido difícil tanto para la familia como para la población, debido a las múltiples deficiencias que persisten y a la ausencia de apoyo estatal.
Indicó que la comunidad busca recuperar la organización que antes la caracterizaba y que incluso la llevó a obtener reconocimientos internacionales. En ese objetivo, vienen impulsando acciones coordinadas para proteger los bosques, los ríos y la fauna local.
Sobre la deforestación, Inuma afirmó que esta se ha reducido de manera considerable desde la muerte de su padre, aunque el compromiso es mantener la vigilancia comunitaria para evitar nuevos ingresos ilegales. También advirtió que el caudal del río Yanayacu sigue disminuyendo, una situación que afecta las cabeceras de Pacaya Samiria, donde en el pasado se registraron intentos de titulación que no avanzaron, permitiendo el ingreso de migrantes vinculados a actividades ilícitas como narcotráfico y tala ilegal.
Denunció además que, pese a los anuncios, no existe presencia del Estado en la zona. Aseguró que nunca llegaron representantes de los ministerios del Interior, Cultura o Justicia, a pesar de compromisos previos relacionados con medidas de protección. Según indicó, no se han aplicado salvaguardas efectivas para los defensores ambientales ni acciones concretas en favor de la comunidad.
Finalmente, sostuvo que la familia y la comunidad esperan justicia por el asesinato del Apu Quinto Inuma y que se sancione a los responsables. Recordó que su muerte dejó un profundo dolor en sus hijos y seres queridos, quienes continúan luchando por vivir en un territorio seguro y libre de amenazas.
