‘Facebook’ cambia su nombre de marca por ‘Meta’ en medio de una grave crisis de reputación

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Los distintos servicios de la tecnológica, empezando por su red social, conservarán sus denominaciones actuales.

Facebook, la empresa propietaria de la red social más popular de mundo, de Instagram y del servicio de mensajería WhatsApp ha decidido cambiar la denominación de la compañía y pasará a llamarse Meta, según ha anunciado este jueves su fundador y director ejecutivo, Mark Zuckerberg, en el evento anual de la compañía Facebook Connect.

El nuevo logo de la empresa será un icono azul similar al del símbolo del infinito. Los diferentes productos conservarán sus nombres, empezando por la red social. La charla inaugural de Zuckerberg ha sido una presentación monográfica sobre el metaverso, el mundo virtual que está creando la compañía y su apuesta de futuro, al que los usuarios podrán acceder mediante dispositivos de realidad virtual y aumentada. Renombrar Meta a su marca, por metaverso, así lo indica.

De ahora en adelante, primero seremos metaverso, no Facebook primero”, dijo Zuckerberg en el discurso inaugural del evento Oculus Connect de la compañía. “Con el tiempo, no necesitará utilizar Facebook para utilizar nuestros otros servicios”, añadió.

La compañía publicó un blog detallando el nuevo nombre poco después del anuncio. La compañía comenzará a cotizar con el nuevo símbolo de cotización MVRS el 1 de diciembre, según la publicación del blog. El tan esperado cambio de nombre se produce una semana después de que The Verge informara por primera vez de que la empresa estaba cambiando de marca para centrarse en su futuro metaverso.

La expectación ante la comparecencia de Zuckerberg era máxima, en la semana más aciaga para la firma en sus 17 años de existencia. Este lunes la revelación por parte de un consorcio de medios de decenas de explosivos documentos internos de la compañía empañó el buen nombre de Facebook, que ya se había visto en la picota por una ofensiva judicial –extensible a la otras grandes tecnológicas– por presuntas prácticas monopolísticas.

La confirmación de que los directivos de Facebook conocían el déficit de control y moderación de las publicaciones –en algunos casos, de mensajes de odio-, sacudió a la tecnológica. Zuckerberg incrementó la expectación con un breve mensaje su red social, invitando al seguimiento del acto, retransmitido online con el chat de participación abierto y echando humo de críticas.

El Connect de este año será especial. Espero compartir nuestra visión del metaverso. Espero verlos a todos mañana a las 10am [hora de la costa oeste, nueve horas más en la Península]”.

Aunque no abordó la controversia, el cambio de denominación de la empresa no parece ajeno a la tormenta. La primera sacudida del escándalo se produjo el pasado septiembre, cuando The Wall Street Journal exhibió documentos internos que probaban que la empresa era consciente del efecto tóxico de su red de fotografía Instagram en la autoestima de las adolescentes, mientras en público defendía sus supuestos beneficios para la salud mental.

La garganta profunda de esta filtración, la exempleada Frances Haugen, destapó la caja de los truenos en un programa televisivo de máxima audiencia y luego ante una comisión del Senado de EE.UU, donde incidió en la idea de una compañía sumida en una “bancarrota moral” y devolvió al debate público el siempre candente debate sobre la regulación de las redes sociales.

El pasado fin de semana, varios medios publicaron de forma coordinada nuevas revelaciones sobre cómo Facebook había tolerado contenido potencialmente violento, como discursos de odio en países en guerra, guiada por el único propósito de seguir creciendo y ganando dinero.

Las filtraciones también pusieron de manifiesto la insuficiente moderación humana e informática de millones de publicaciones en la red social. De hecho, el Gobierno indio ha solicitado este jueves detalles a Facebook sobre sus filtros y controles de mensajes incendiarios, como los que se demostró proliferaron en el país por falta de moderadores con conocimientos de 20 de las 22 lenguas oficiales del país.

Esta sucesión de escándalos no parece sin embargo hacer mella en las cuentas de la compañía, al menos de momento. El pasado 25 de octubre, la empresa presentó sus resultados correspondientes al tercer trimestre del año, periodo en el que sus ingresos aumentaron el 35%, hasta los 29.000 millones de dólares, con un beneficio de 9.200 millones de dólares, un 17% más que en el mismo periodo de 2020.