Morales: Una vez más, detectan contaminación sonora provocado por centros de diversión

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Con el objetivo de controlar la contaminación acústica y garantizar el bienestar de la población, autoridades ambientales del distrito de Morales realizaron este domingo un operativo de medición de ruidos en los exteriores de diversos centros de diversión. Utilizando un equipo especializado llamado sonómetro, se evaluó si los establecimientos nocturnos exceden los niveles permitidos y generan molestias a los vecinos.

El tránsito por el puente Cumbaza fue restringido para ubicar los equipos y proceder con la medición respectiva. Las unidades, tuvieron que utilizar la vía alterna de la carretera Oasis para ingresar a Tarapoto. Durante la intervención, se supervisaron los niveles de ruido en discotecas, bares y otros locales de entretenimiento, ubicados principalmente en zonas comerciales del distrito. Para desarrollar el control de ruidos, los establecimientos bajaron a cero el volumen y se realizaron la medición uno por uno.

La contaminación sonora es un problema que ha ido en aumento en varias ciudades del país. En Morales, operativos anteriores ya habían identificado locales que operaban con volúmenes de sonido por encima de lo permitido, lo que generó sanciones y llamados de atención a los propietarios. Tony López Torres, responsable del área ambiental de la municipalidad distrital, indicó que esta acción responde a reiteradas denuncias ciudadanas. «Los vecinos han reportado que el ruido excesivo, especialmente en horas de la madrugada, está afectando su descanso y su calidad de vida. Con este operativo, buscamos verificar la magnitud del problema y tomar medidas correctivas«, explicó.

Señaló que en esta oportunidad no multaron a ninguno de los negocios, sin embargo, programarán otros operativos inopinados donde impondrán las sanciones pecuniarias respectivas por trasgredir las normas. Además, exhortaron a los empresarios del rubro a implementar medidas de mitigación acústica, como la instalación de aislantes de sonido y la reducción de volumen en horarios nocturnos.

Según la Ley General del Ambiente y las normativas municipales, el límite de ruido permitido varía entre 50 y 80 decibeles, dependiendo de la zona y el horario. Las autoridades han advertido que los locales infractores podrían ser sancionados con multas económicas, clausuras temporales o la revocación de sus licencias de funcionamiento si no cumplen con los parámetros establecidos.