La contaminación de los ríos y quebradas no hay cuando pare. Los desagües de la población, discurren hasta nuestras vertientes naturales volviéndolas sucias y peligrosas.
Se ha normalizado que los desechos líquidos y sólidos que produce Tarapoto, Morales y la Banda de Shilcayo, caigan directamente al río Shilcayo y río Cumbaza. De la misma manera, las aguas servidas que producen las familias de Lamas y Rumisapa, terminen en las quebradas de Romeroyacu y Shupishiña. Mientras las autoridades, cruzada de brazos, se responsabilizan unas a otras de la situación que vivimos hace muchos años.
Iván Rojas García, Ecoguerrero, quien vigila el medio ambiente, lamentó que quienes tienen la obligación de fiscalizar la situación de los ríos y quebradas, sean observadores pasivos de la destrucción de nuestras vertientes y pasen por agua tibia las responsabilidades de las municipalidades y de la empresa Emapa San Martín.
Refirió que la contaminación no es de ahora y se genera en todo el país, pero era lamentable que el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental – OEFA, no verifique los daños que genera la población cuya responsabilidad directa es de la empresa Emapa y de las municipalidades.
Indicó que, hay un proyecto de tratamiento de las aguas residuales, pero no es viable, por lo que urge que las autoridades se organicen, convoquen a los expertos y vean a mediano o largo plazo, soluciones a este problema de contaminación que las personas ven como algo normal, pero no lo es, indicó el ambientalista.
Rojas García, dijo que no solo una empresa debería ser sancionada, también las demás entidades, la ley del medio ambiente debe ser cumplida por todos.