La provincia de San Martín atraviesa una crisis hídrica sin precedentes. El presidente de la Junta de Usuarios Bajo Mayo Mishquiyacu, Fernando Rengifo García, advirtió que el caudal del río Cumbaza y de las principales quebradas del Bajo Mayo se ha reducido en un 70% desde la quincena de este año, lo que representa una pérdida cercana a los 2,000 m³ por segundo en comparación con el 2024.
“Estamos prohibiendo la siembra directa y solo se permitirá la indirecta, con movimiento de tierra, hasta que lleguen las lluvias”, sostuvo Rengifo. En sectores como las quebradas Chupishiña. Mishquiyacu y Pucayacu, así como en el río Shiclayo, la situación es aún más crítica: el caudal se desplomó del 100 % al 30 %, obligando a los agricultores a reducir sus áreas de cultivo en la misma proporción.
Además, denunció que el Gobierno Regional de San Martín y los seis municipios de la zona no han destinado recursos para obras de infraestructura de riego. El dirigente alertó que la falta de planificación y de inversión en sistemas de riego y saneamiento no solo golpea al sector agrario, sino que también amenaza a las familias que viven en las márgenes de las irrigaciones donde van a parar las aguas servidas que salen de las viviendas ubicada en la zona cercana. La reducción del caudal genera contaminación ambiental y eleva el riesgo de problemas graves de salud pública en la región.