La salud mental sigue siendo una deuda pendiente entre la población, especialmente tras el impacto de la pandemia de COVID-19. Según advirtió el director de Gestión de Salud Sanitaria de la Oficina de Gestión de Servicios de Salud (OGESS) Bajo Mayo, psicólogo John Ludeña Cárdenas, en lo que va del primer trimestre del año ya se han registrado más de 14 suicidios consumados en la región.
Ludeña expresó su preocupación por que estos casos afectan principalmente a la población masculina adulta y de adultos mayores, un grupo que, lamentablemente, muestra una gran resistencia a buscar ayuda psicológica. «Muchos prefieren el silencio antes que acudir a los servicios de salud mental«, lamentó el especialista.
Ante esta situación, la OGESS Bajo Mayo ha lanzado una campaña de sensibilización para motivar a la ciudadanía a acudir a los centros de salud donde recibirán atención profesional. Además, se viene implementando el Plan de Prevención del Suicidio, el cual contempla talleres dirigidos a estudiantes de primaria, secundaria y educación superior, con el objetivo de promover una cultura de apoyo emocional y escucha activa desde las primeras etapas de vida.
El funcionario también destacó que la pospandemia ha dejado secuelas invisibles: muchas personas optan por callar sus problemas para evitar ser juzgadas, profundizando su aislamiento. «Vivimos en una sociedad que muchas veces juzga antes de comprender. Frente a señales de sufrimiento, lo mejor que podemos hacer es escuchar y acompañar. A veces, simplemente estar allí puede significar salvar una vida«, subrayó Ludeña.