Lidia Pérez García, teniente gobernadora del Asentamiento Humano 10 de agosto, expresó su preocupación por el incremento de la inseguridad en la zona, generada principalmente por casas abandonadas y terrenos descuidados que se han convertido en refugio de personas de mal vivir. La situación afecta especialmente a quienes trabajan de noche y retornan a sus hogares de madrugada, expuestos a asaltos y otros peligros.
La dirigente manifestó que este problema se vincula con el proyecto del nuevo aeropuerto, cuya construcción se ha anunciado para el 2025, pero que hasta ahora ha significado solo abandono y descuido en el área. “Personas se esconden entre el monte y salen a delinquir. El aeropuerto debe tomar cartas en el asunto, limpiar y controlar esa zona”, indicó.
Según relató, ya se han producido robos, incluso a trabajadores del propio aeropuerto, lo que refuerza la necesidad de una intervención urgente por parte de CORPAC y ADP. Además, cuestionó el accionar de la Policía, que, si bien realiza patrullajes esporádicos, no permanece lo suficiente para prevenir delitos.
A pesar de este panorama, la teniente gobernadora resaltó los esfuerzos de recuperación liderados por la comunidad, en articulación con Seguridad Ciudadana y la Municipalidad Provincial de San Martín. Destacó acciones como la rehabilitación del parque local, la iluminación de zonas oscuras, y actividades con jóvenes del Alianza Lima, promoviendo el deporte y la convivencia.
Este año el asentamiento cumple 35 años de creación y, por primera vez en mucho tiempo, celebrarán su aniversario con tranquilidad, señaló. No obstante, hizo un llamado a los vecinos para que participen activamente en las jornadas comunitarias. “Nos dan las facilidades, organizamos reuniones, pero muy pocos asisten. Es necesario el compromiso de todos”, recalcó.
Finalmente, Lidia Pérez, alertó sobre la llegada de barristas y personas externas que han generado disturbios recientes, incluso lanzando artefactos explosivos en horas de la madrugada. Frente a esto, reiteró la urgencia de una respuesta firme de las autoridades y mayor involucramiento de los propios moradores para recuperar y proteger el bienestar del sector.